Más que gitano, boliviano. Un brazo que ya nunca más pertenecerá a su humilde dueño, de nombre Franns y apellidos Rilles Melgar. Un sin papeles como tantos otros. Con un jefe que tira a la basura el brazo cercenado por la panificadora y después limpia el reguero de sangre para que no pare la producción. Un jefe que le deja a 200 metros de la puerta del hospital y se da a la fuga, no sin antes conminar al empleado a que no diga nada del accidente laboral del que acaba de ser víctima. Un jefe que llevaba la de dios pagándole una miseria por trabajar de sol a sol. Un jefe que seguramente presumía de patriota a la hora de las cañas. Por eso repito foto, pero esta vez la pongo en color y sin recortar, para que se aprecie bien el brazo cercenado en las fauces del cocodrilo sin nombre, aunque este brazo no sea el de Franns Rilles Melgar. Por cierto, ¿se sabe ya cómo se llama el patrón de esta historia? ¿su nombre? ¿sus apellidos? ¿sus iniciales, al menos? ¿en qué bar se toma las copas? ¿a qué dedica el tiempo libre? ¿qué aspecto tiene? ¿si es mamífero o reptil?
A Javier Ortiz, algún tiempo después
Hace 1 año
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