martes, 2 de junio de 2009

Rock'n Roll Star Rajoy


Estamos en campaña electoral y los políticos están de 'bolos' por toda la geografía nacional. Un bolo es algo grandioso para un ser entregado al rocanrol de la política. Es la ocasión en la que 'actúa' ante un público entregado que vitoreará sus aciertos dialécticos, sí, pero aún más sus eventuales salidas de tono. Las masas se enardecen con facilidad, a poco que se les toque el resorte adecuado. Rajoy parece conocer bien cómo activar con chascarrillos los resortes de su público, pero a veces lo deja patinando, como en Gran Canaria, donde vino a decir, defendiendo a José Manuel Soria, que los socialistas que no se han disculpado de sus ataques tras el archivo de las causas tienen un "carácter antidemocrático, fascista y antiliberal". Más de uno de los presentes se preguntaría consternado si las camisas azules estaban en otro lugar y procedía ahora cambiar de bando, para seguir donde siempre.

Es lo que tiene la perversión neocon del lenguaje, consistente en coger el discurso del rival y hacerlo tuyo, tergiversándolo. Así acabas llamando fascistas a los socialistas y los dejas K.O., sin saber qué responderte. Pero lo malo es que, si una parte de tu electorado duda de que seas un líder natural, puede interpretar que los estás dejando con los glúteos al aire. Para poder hablar neocon con autoridad hay que sacudirse antes el polvo de salón de casino provinciano y escribir libros de camino a Georgetown, cambiar de una vez el puro por el rioja y las retransmisiones de ciclismo por 500 abdominales diarios. Acabar, en definitiva, con la muñeira y dar entrada en tu vida al rocanrol. Todo eso y, por supuesto, no cejar en el empeño de seguir siendo discípulo aventajado de Aznar, porque todo se acaba pegando, menos la hermosura. 

Aunque hermosura, lo que se dice hermosura, en este caso ni la hay ni se la espera. Pero, en fin, ya se les ocurrirá algo hermoso a los otros para arreglárnoslas. Que inventen ellos.

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