jueves, 5 de marzo de 2009

Liberalismo (Democracia 2.0)


Junto a Facebook o Twenty, Twitter es otra herramienta de comunicación de las muchas que pueblan la red de redes. Por su estructura, basada en mensajes cortos, permite una participación muy numerosa y ágil, generando así redes sociales con pasmosa facilidad. En España ya hay varios políticos que optan por acercar su labor a la ciudadanía haciendo un uso encomiable de esta herramienta. La diputada Reyes Montiel es una de ellos. La pobre pretendía retransmitir la Comisión de Investigación de la trama de espionajes de Aguirre desde su puesto, pero la presidenta designada por el PP, Rosa Posada, se lo ha impedido. Alega que el uso de Twitter no está contemplado en el reglamento de la Asamblea de Madrid y que por lo tanto debe prohibir su uso, no hasta que esté regulado, sino "hasta que lo prohíban". Lo ha dicho así, tal cual, y seguramente se ha quedado tan pancha. Ante la ignorancia, prohibición. Es en este tic prohibicionista, a caballo entre la ignorancia menos humilde y el autoritarismo más ramplón, donde se puede reconocer a la derechona española de siempre.

La expresión "
Laissez faire, laissez passer" era empleada por los liberales para indicar que la autoridad política no podía impedir a nadie que hiciera nada que no estuviera prohibido (si no está prohibido, se puede hacer)
. El espíritu de la frase, convendrán conmigo, es esencialmente bello y emancipador. Por eso mismo me está empezando a revolver la sangre (hasta ahora sólo me revolvía el estómago) que la derecha nacional toda haya optado por autodenominarse 'liberal'. En el ámbito del marketing no me cabe la menor duda de que les funciona muy bien -por eso precisamente lo emplean con tanto desparpajo, día sí y día también-, pero lo cierto es que se invisten del término con un calzador impresionante (más bien colosal). Esta derecha tiene de liberal lo mismo que tiene de honesta.


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