jueves, 2 de julio de 2009

Yes We Can!


Tras el escueto interludio de ayer, a base de 'caviar' iraní, volvemos a Tegucigalpa, maravillosa ciudad donde las haya, con un flamante y encorbatado presidente impuesto hace unos días por los militares y de nombre Roberto Micheletti. 

Volvemos a Honduras, pues, y lo hacemos vía Washington, distrito de Columbia, donde un consternado Barack Obama pide "respeto a las normas democráticas". Es ya de por sí buena noticia que EE.UU. critique un golpe de estado de derechas en América Latina, pero para mí que Obama se ha quedado corto. Si yo fuera algo parecido al presidente del mundo mundial y nadie me pudiera toser, me consternaría a lo bestia, sería sin duda algo más expeditivo y, en lugar de pedir tan amablemente el susodicho respeto, lo exigiría. Para no repetir los pecados de otros, lo haría desde el estrado principal de la ONU, o mejor desde la explanada exterior del edificio neoyorquino que la alberga, rodeado de cascos azules y con cara de pocos amigos. Igual hasta me vestía de soldado, no te digo que no. Miraría a cámara fijamente, entornando los párpados con fiereza, como si mirase al mismo Micheletti a los ojos, y, juntando hacia arriba las puntas de los dedos de la mano derecha, para que me entienda perfectamente, le diría algo así como: "Roberto, Roberto, ma che cosa fai?... Lascia Zelaya ritornare... o ti farò un'offerta che non potrai rifiutare." *

Y así de rápido conseguiría la resolución del conflicto hondureño mediante el empleo de la política. Pero, claro, eso sería injerencia en los asuntos internos de un país y está muy mal visto por la comunidad internacional... cuando no tienes petróleo.

* Roberto, Roberto, pero ¿qué haces?... Deja que vuelva Zelaya... o te haré una oferta que no podrás rechazar.--

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