lunes, 20 de julio de 2009

Muerta entre las flores


Natalia Stemirova fue secuestrada por tres individuos a las puertas de su casa en Grozni, el pasado quince de julio. Horas después, su cuerpo fue encontrado, acribillado a tiros, en medio del campo. Había sido amiga de Anna Politkóvskaya, la periodista asesinada en 2006 por el mismo motivo: ambas denunciaban las constantes violaciones de los derechos humanos en Chechenia. Todos los indicios, pero sobre todo los más que probables móviles del crimen, apuntan al gobierno checheno que, por supuesto, se desmarca indignado de cualquier sospecha de autoría.

Angela Merkel (Alemania) ha señalado a Medvédev (Federación Rusa) la gravedad de semejante acto en vísperas del estrechamiento de las relaciones entre ambos países para la construcción de un gasoducto que suministrará gas a Alemania pasando por el Báltico. Supongo que Medvédev le habrá dicho a Merkel con tono de consternación que, en efecto, tiene toda la razón y nada más que la razón al señalar un hecho tan luctuoso y grave, pero no sé por qué me da que la cosa no va a pasar de ahí. Al fin y al cabo, se trata sólo de una muerta entre las flores. Y enfrente hay todo un señor gasoducto. ¿Gasoducto o derechos? Gasoducto.


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