El primer día del año llega siempre cargado de los mejores deseos. Suele ser hoy cuando comienzan los regímenes de adelgazamiento, los ejercicios deportivos que nos devolverán la salud, el abandono definitivo del tabaco y otros vicios y el bautismo de tantos otros propósitos de enmienda que, con suerte, durarán una semana. Yo voy a poner todo mi empeño en aguantar más. Lo que aquí se diga no será cuestión de corrientes de pensamiento a la moda o de corrección política más o menos coyuntural. Seguiré dedicando mi tiempo y este blog a denunciar injusticias: aquellas injusticias que hoy se cometen contra otros, pero que mañana se cometerán en contra nuestra si no les ponemos freno cuando aún es tiempo. Podría enrocarme en mis circunstancias más o menos favorables y esperar que los más débiles se busquen la vida por su cuenta sin tener que intervenir, como haría cualquier persona derecha, pero no me sale. Algunos dirán que adopto la postura del samaritano ingenuo, otros dirán que sólo quiero mostrar mi mejor cara sin ser cierta. Me da igual. Pienso sinceramente que el mundo no es como es, sino como nosotros lo hacemos, así que es tarea de cada uno hacerlo mejor o peor. La decisión es nuestra. La mía es seguir en lo mismo que he venido haciendo desde el inicio de este blog, allá por febrero del año que se fue. Mi compromiso es una cita diaria con ustedes, sin saber si ésta resulta ser -o no- provechosa. Esto es algo que sólo el tiempo y ustedes determinarán. Seguimos, pues.
A Javier Ortiz, algún tiempo después
Hace 1 año
muy provechosa sr. miguelo, al menos para este asiduo. me reconcilia con muchas cosas el leer sus comentarios. espero y deseo poder seguir disfrutando de ello. buena entrada de año. salud
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