sábado, 23 de enero de 2010

Escenas Celestiales XL


- Aquí todo es inmensamente grande.
- Y que lo digas. Tamaño XL.
- De acuerdo a las leyes de la Relatividad, que muestran la íntima relación existente entre el espacio y el tiempo, la eternidad sólo podría desarrollarse en un espacio infinito. Si el espacio en el que el tiempo discurre es finito, el tiempo también lo es por fuerza. Si nuestro porvenir es la eternidad, este sitio es igualmente infinito o, como mínimo, autocontenido. ¿Dónde se han quedado mi gente, mi barrio, mi ciudad, nuestro planeta y el universo todo?
- Míralos. Ahí los tienes.
- Los veo, vale, pero son sólo un sueño. No tengo acceso real a ellos. Este dichoso Cielo lo ocupa todo, así que no hay sitio para lo que conocimos cuando estábamos vivos. Todo eso ha desaparecido para siempre. Incluso dudo que alguna vez existiera.
- Te basas en la Relatividad. Pero quizás en este cielo las leyes físicas que conocimos en el otro universo no valgan.
- Entonces ni tú ni yo estaríamos hablando como lo estamos haciendo.
- Eso es muy cuestionable.
- En absoluto. Si nuestras almas conservan la lógica de nuestro pensamiento humano, las leyes que la hacen posible no deben ser en esencia distintas de las que había en la Tierra.
- Dejémoslo estar. Al menos guardas el recuerdo de lo vivido, ¿no?
- Que se desvanece conforme pasa el tiempo, por mucho que me empeñe en repasar mi vida a cada momento. Va perdiendo entidad incluso como recuerdo. Sus contornos se me desdibujan poco a poco y, como te decía, cada vez es más un sueño. Al final, es como si este sitio fuera el único universo existente. Yo, de hecho, estoy ya casi seguro de que lo es.
- ¿Importa demasiado?
- Me siento igual que aquellos que en la Tierra aseguraban haber tenido vidas anteriores. Entonces me parecían unos ingenuos incapaces de argumentar lo que sostenían. Hoy me veo en la misma situación. Soy Alicia al otro lado del espejo.
- ¿Alicia?
- El personaje de Lewis Carroll. Una de mis lecturas favoritas de niño.
- ¿De eso sí te acuerdas?
- Cada vez menos, amigo mío, cada vez menos.

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