El infierno hoy se llama Haití. Las cifras oficiales de la Cruz Roja hablan de 45.000 a 50.000 muertos. Seguramente serán miles más (¿dónde anda metido el dios de los creyentes?).
Lo que estamos viendo estos días en Haití lo vimos no hace demasiado tiempo, a relativa poca distancia de allí. En esa ocasión no era un terremoto, sino un huracán llamado Katrina y el país anfitrión los EE.UU. Tanto entonces como ahora, las fuerzas de la naturaleza evidencian la absoluta desnudez de la población de los delgados estados neoliberales en términos de asistencia, porque el gobierno no contempla plan B alguno, ni mantiene estructuras o voluntad política para llevar adelante un plan A mínimo para estos pobres diablos, en previsión de catástrofes naturales de las que Haití sabe ya demasiado. Son cosas que no rentan. Comercialmente no parecen lo suficientemente atractivas. El neoliberalismo se dedica a asuntos más importantes. A joderse.
En ambos casos, la comunidad internacional y, sobre todo, el primer mundo aprovechan para sacar lustre a su conciencia a través de la caridad y de la solidaridad que brotan (ahora sí) a raudales. Obama, por ejemplo, ha enviado al ejército norteamericano on the fly*, para que ejerza labores humanitarias (espero que les haya dado las consignas alto y claro y que ningún soldado confunda Haití con Granada, que anda por ahí cerquita). Se le han adelantado en las labores de ayuda, una vez más, Cuba y Venezuela, pero de esto no se dice nada, supongo que para no hacerles propaganda a esos países comunistas, que es su verdadero motivo para repartir médicos o alfabetizadores 'desinteresadamente' por todo el mundo, como todos sabemos. Pero me estoy liando, así que será mejor que pasemos a las conclusiones.
Conclusión 1ª: Un terremoto es un terremoto y es capaz de derribar casas, ciudades, haciendas y emporios hasta los mismísimos cimientos, pero nunca despedaza un país entero hasta convertirlo en el mismo infierno. En el caso de Haití, el infierno, probablemente, ya estaba ahí. Quienes aparecen hoy descalzos entre las ruinas, seguramente jamás tuvieron zapatos en su vida, ni esperanzas de tenerlos. Y de médicos o asistencia sanitaria, lo mismo.
Conclusión 2ª: El capitalismo sólo huele bien (y hasta cierto punto) cuando hay bonanza económica y todo va como la seda. Si no, es completamente inhumano. Una mierda. Y no es un insulto, es un diagnóstico. Si no me creen, corran a ver a Haití en los telediarios, antes de que deje de ser noticia. ¡Uf! Menos mal que nos queda la caridad...
*sobre la marcha
¡¡Brutal tu comentario; suscribo lo que has dicho!!. El capitalismo solo funciona en horas altas (y tengo mis dudas de que aún así funcione). Han tardado menos que lo que tardaron en New Orleans, pero desde luego, tardan bastante, y la ONU...La imágenes son impresionantes, hacía tiempo que no se me helaba tanto la sangre viendo los noticieros.Hombre ¡¡como se va a hablar de la ayuda de Cuba o Venezuela!!, de esos comunistas, dios nos libre, ese dios que, como dices, no está donde debe, cuando debe.
ResponderEliminar¿como has sabido que Cuba y Venezuela han sido los primeros en mandar ayuda?
ResponderEliminarMe parece una noticia de primera y no la encuentro en los medios.
Por Mila, que siempre está en todo y me mantiene informadísimo. Que no aparezca en los medios usuales es lo habitual. Prueba a consultar otras fuentes (http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article12193)
ResponderEliminarOtro sitio donde aparece la noticia es http://librexpresion.org/el-pais-oculta-la-ayuda-de-cuba-haiti
ResponderEliminarY aquí se explica por qué no has visto la noticia en los medios, en concreto, en El País: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=98749&titular=%3Ci%3Eel-pa%EDs%3C/i%3E-oculta-344-sanitarios-cubanos-en-hait%ED-
ResponderEliminar