Lhasa de Sela murió el pasado 1 de enero, a los 37 años, víctima de un cáncer de mama, un nenúfar creciente e impasible que acababa con la espuma de sus días, arrebatándonos la posibilidad de escuchar su voz en vivo alguna vez. Confieso que, antes de la noticia de su muerte, jamás había oído hablar de ella, pero escucharla cantar una vez es sentir que la has escuchado cantar desde siempre. Sus interpretaciones son realmente cautivadoras, da igual en el idioma que lo haga. YouTube contiene muchísimas actuaciones suyas en directo. Ninguna tiene desperdicio. Comparen el sentimiento de esta mujer con el del cura más sensible y atento que conozcan y tal vez así entiendan por qué los domingos prefiero quedarme escuchando música en lugar de ir a misa. Con Lhasa de Sela veo abrirse las puertas del Cielo.
Preciosa música y triste historia..bucearé por la web quiero escuchar mas... gracias por el dato de Haití, besos de domingo plateado
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