No tengo el corazón sencillo

Que dice Rouco que "los remedios sencillos piden almas y corazones sencillos que, de algún modo, saben ser esclavos del amor de la Virgen y del amor de Cristo". También dice estar seguro de que no habría ocurrido lo que pasó el fin de semana pasado -en referencia a los altercados de Pozuelo- si las familias de Madrid y Pozuelo de Alarcón rezasen todos los días el Rosario de la Virgen.

Creo que monseñor tiene razón: si las familias se ponen a rezar veinte rosarios hasta altas horas de la madrugada, sus hijos no van a conseguir encontrar el momento para salir de casa a hacer el gamberro por ahí. En plan los Alcántara, pero a lo bestia. Que los niños no salen, Merche. Que nos ponemos todos a rezar el rosario ya. ¡Porque lo digo yo, Merche! Sencillito.

Llevando un poco más allá el sagaz razonamiento, entiendo que podría lograrse lo mismo con algo más divertido, como, no sé, unas partiditas de Risk, de Trivial Pursuit o del patriótico Parchís, por no hablar de planear una borrachera padre que aglutine a todos los miembros del clan, entre alegrías, risas y chistes verdes, que eso también contribuye a la cohesión de las familias, no crea Vd. que no, monseñor. Pero todo esto mejor lo dejamos para esas descarriadas almas y complejos corazones a los que no hay manera de hacer que aprendan a ser esclavos, tú.