El estómago de Esperanza

Ignoro a qué doctor de aparato digestivo de clínica privada encomienda Esperanza Aguirre el bienestar de su estómago, pero ya les adelanto que el pobre hombre -sea quien sea- debe estar perdiendo kilos de forma rampante.

El estómago de Espe, últimamente, no gana para disgustos. Sin ir más lejos, el referéndum de Arenys de Munt se lo tiene levantado ("Esos referéndum del 96% me levantan el estómago"). Oye, un estómago levantado debe de ser de lo más molesto, tú. Yendo más lejos, el obsceno y estalinista alzamiento de puños del otro día por parte de la cúpula del PSOE, en la portada de El Mundo y a cinco columnas, le debió provocar cuando menos estertores por culpa del miedo, a tenor de sus declaraciones ("gesto amenazante de ideologías totalitarias"). En pocas horas, en medio de ambos episodios, encontramos a ese mismo estómago henchido de satisfacción y gozo al recibir su propietaria la medalla al Mérito Romero en su categoría de oro en San Lorenzo de El Escorial, pero incluso en momentos de alegría como éste, Esperanza Fuencisla Aguirre y Gil de Biedma, presa de una angustia que en nada puede ayudar al correcto equilibrio de sus jugos gástricos, ruega a la Virgen de Gracia "que nos proteja de todos los males, que hoy no son pocos [...]". Cuánto padecimiento el de esta noble señora, casi en la antesala de la úlcera, pero, sobre todo, pobre doctor. Ahora que lo pienso, ¿en dónde quedaron las tilas de Rajoy?