viernes, 4 de septiembre de 2009

Los hombres que no amaban a los niños


Para los seres embrutecidos y asustados, masculinos por más señas (y con esto me puedo referir tanto a hombres como a mujeres), un niño deja de ser niño muy pronto, digamos a los 12 años, para convertirse en una amenaza o en un rival potencial en la lucha por la supremacía o la supervivencia. Un rival al que hay que pararle los pies como sea. Y si hay que impedir que se relacione libremente con los demás, se hace. Y si hay que vigilarlo muy de cerca, se hace. Y si hay que amenazarle con meterle en la cárcel para acojonarle o para meterle en la cárcel directamente, pues se hace también.

El PP propone rebajar la edad penal a los 12 años y permitir sólo a los mayores de 14 años adherirse a redes sociales bajo supervisión y autorización paterna hasta la mayoría de edad. Al menos, la mayoría de edad ni la tocan, permaneciendo ésta en los 18 años. No han querido devolverla a los veintiún años franquistas. Y además, como bien apunta Nacho Escolar en su blog, de regular por ley la hora de llegada a casa aún no han dicho nada. Algo es algo.

Yo quiero creer que el PP tiene muy fundadas razones para proponer cosas como éstas, lejos de demagogias y alarmismos sociales amarillistas. Quiero creer que estas propuestas coercitivas parten de un análisis riguroso y serio y que, de aplicarse, desembocarían en una mejora sustancial de las relaciones sociales y generacionales de nuestro país. Quiero creer, en definitiva, que quienes impulsan estas propuestas no son seres asustados y embrutecidos, que se aferran a la prohibición y a la represión desesperadamente, porque no son capaces de ver otra salida.

7 comentarios:

  1. "seres embrutecidos y asustados, masculinos por más señas (y con esto me puedo referir tanto a hombres como a mujeres), "

    ¿"Masculino" como superlativo de "embrutecido y asustado"?. ¿Un ser embrutecido y asustado, sea hombre o mujer, es "masculino"?. ¿"Masculino", en fin, como defecto?.

    Ya vale de asignar connotaciones negativas a lo "masculino".

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  2. jotarp, la agresividad es un rasgo de la personalidad que suele (excepciones hay siempre, claro) presentarse con mayor acento en los hombres que en las mujeres. A esto me refiero. No quiero decir que todos los hombres sean agresivos o estén embrutecidos o asustados. Y, por supuesto, también lo femenino puede tener connotaciones negativas en según qué cosas (como todo en este mundo). El título del post hace referencia a la novela "Los hombres que no amaban a las mujeres", de Stieg Larsson. Es difícil imaginar que el criminal de la historia de Larsson fuera una mujer. Eso es todo, no le des más vueltas.

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  3. Pues si "No quiero decir que todos los hombres sean agresivos o estén embrutecidos o asustados", lo tienes fácil: no uses "masculino" cuando quieres decir "agresivo". Porque todos los hombres son masculinos, pero no todos son agresivos.

    Decir "masculino" y aclarar entre paréntesis que te refieres a "hombres y mujeres", me hace pensar que, o bien usas "masculino" cuando quieres decir "agresivo", o confundes el orden de las frases: "...seres embrutecidos y asustados, (y con esto me puedo referir tanto a hombres como a mujeres), masculinos en este caso..."

    Y sí que hay que darle vueltas a esto. Bastante. Fíjate un poco y verás aplicadas las identidades "masculino = agresivo = malo", "femenino = ... = bueno" por doquier. Y ahora dale dos vueltas a pensar lo que esto implica.

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  4. Eso que dices de que todos los hombres son masculinos me parece muy limitador. La naturaleza humana es más compleja que eso. La masculinidad y la feminidad forman ambas parte del ser humano, mujeres y hombres. En cada caso particular, tendrán preponderancia los rasgos que comúnmente identificamos con la masculinidad o bien los que identificamos con la feminidad, incluso dependiendo de los días o de las circunstancias de cada momento.

    Cuando digo "masculinos, por más señas", hago referencia a esos rasgos que comúnmente adscribimos a los hombres y a su virilidad. La ecuación "masculino = malo" no la secundo, porque la masculinidad también tiene sus virtudes, aunque no las haya citado en el post.

    Fijándome un poco por doquier, tal vez sea cierto que esas ecuaciones que dices proliferen. Pero, en tal caso, se me escapa si hay alguna implicación a la que deba temer. Y eso que le he dado dos y tres vueltas.

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  5. "Eso que dices de que todos los hombres son masculinos me parece muy limitador".
    Primera acepción de la RAE: "Dicho de un ser: Que está dotado de organos para fecundar" (http://rae.es/masculino)
    ¿Limitador?. Sí, claro. También hay hombres sin organos para fecundar. Los castrados.

    Y ni aunque cojas la tercera acepción (varonil, enérgico), encaja tu uso de "masculino".

    "La masculinidad y la feminidad forman parte del ser humano, mujeres y hombres".
    Yo puedo ser tierno, cariñoso, bueno, ... pero nunca seré femenino.

    "la masculinidad también tiene sus virtudes". Esto es un poco como decir: "Lo siento, pero soy hombre". ¿Y aún no ves las implicaciones?. Condenas a la mitad de la población a ser o malos (masculinos) o a dejar de ser lo que son para intentar ser lo que no pueden ser: femeninos.

    Si tienes tiempo, léete este correo (y los anteriores y posteriores sobre el tema):
    http://www.secure.fmed.uba.ar/pipermail/lacmat-l/2009-June/007798.html
    LACMAT es la lista de correo más importante sobre lactancia materna, y Carlos González un prestigioso pediatra, con varios libros, adorado por miles de madres (sus conferencias siempre están a reventar) y al que he visto ponerse un muñeco a la altura del pecho para explicar la postura correcta para dar de mamar. En ese correo lo explica mucho mejor que yo. Si aún así se te escapa... desisto.

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  6. Si dios fuera una mujer

    ¿Y si Dios fuera mujer? pregunta Juan sin inmutarse,
    vaya, vaya si Dios fuera mujer es posible que agnósticos y ateos
    no dijéramos no con la cabeza y dijéramos sí con las entrañas.
    Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
    para besar sus pies no de bronce, su pubis no de piedra,
    sus pechos no de mármol, sus labios no de yeso.

    Si Dios fuera mujer la abrazaríamos para arrancarla de su lontananza
    y no habría que jurar hasta que la muerte nos separe
    ya que sería inmortal por antonomasia
    y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
    nos contagiaría su inmortalidad.

    Si Dios fuera mujer no se instalaría lejana en el reino de los cielos,
    sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
    con sus brazos no cerrados, su rosa no de plástico y su amor no de ángeles.

    Ay Dios mío, Dios mío si hasta siempre y desde siempre fueras una mujer
    qué lindo escándalo sería, qué venturosa, espléndida, imposible, prodigiosa blasfemia.

    Mario Benedetti

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