Un rebenque en Europa

Mayor Oreja no puede estar hablando en serio. Vale que el franquismo le pareciera una etapa de extraordinaria placidez. Vale incluso que más tarde negara, con la cara más seria de este mundo, haber dicho eso mismo alguna vez. Pero ya clama al cielo que reaparezca en la escena para sostener, sin aportar prueba alguna, que las recientes detenciones de miembros de la cúpula de ETA son poco menos que cortinas de humo para distraer a la opinión pública de la realidad, que no es otra que la nueva negociación que está teniendo lugar entre Zapatero y el Movimiento de Liberación Nacional Vasco (¿se dice así, José María?). Se trata de una realidad arcana, escondida, oculta, mantenida en el más abismal de los secretos, pero que a él no se le escapa. Las fuerzas de seguridad del estado detienen a miembros de ETA en operaciones que no son más que una pantomima acordada previamente con la banda. Y hasta un gendarme se ha dejado matar, en Francia, para que la pantomima parezca más real.

En las Islas Canarias empleamos el término 'rebenque' como un calificativo que se da a la persona que es poco seria, revoltosa y majadera. Así que, en lugar de un político riguroso y trabajador, tenemos un rebenque que asienta sus reales en el Parlamento Europeo. Y esto no es un insulto, sino un diagnóstico, a tenor de estos síntomas más que evidentes. Rajoy, mientras tanto, no dice nada al respecto. Callado como una... pared.