¿Y por qué no? Yo también podría publicar un libro bajo el título "Cómo Salir de la Crisis", para, entre otras cosas, atiborrar un poquito más las secciones de libros de autoayuda de los grandes almacenes. Deberá ir convenientemente plastificado, eso sí, para que ningún avezado lector pueda hojearlo antes de comprarlo y descubrir así que sólo la primera página contiene la valiosa información que busca y que el resto del 'tocho' es sólo 'pajullo'. La solución para salir de la crisis es obvia y figuraría, negro sobre blanco, en la página mentada, tal que así: "Escriba usted un libro igual a éste, amigo. Cuente lo que se le ocurra, cualquier cosa, por muy disparatada que sea, con tal de que parezca que lo hace en serio. Edítelo. Envuélvalo en celofán. Publicítelo todo lo que pueda. Y véndalo. Si lo logra, crisis superada."
Es un chiste fácil y muy tonto, lo sé. Pero no me lo eche usted en cara a mí. Dirija su queja a Rouco que, en este tiempo de tribulación, ha venido a hablar de su libro, barriendo para casa. Cómo se nota que la crisis también está afectando a la iglesia. Cómprenle el libro, a ver si es verdad que se nos quita a todos este constipado. A él seguro que sí. Algo es algo.
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