No para de largar por esa boquita, porque su privilegiado cerebro va a toda máquina y no se lo permite. Yo, que no le llego ni a la suela de los zapatos, intento recoger todo lo que va sembrando a su paso en forma de grandes ideas y mejores consejos, pero no doy abasto. Suerte que el Sr. Vidal (Gustavo y no su antipodista hermano César) ha sido de lo más certero en este artículo y hace acopio decente, aunque lógicamente incompleto, del inabarcable universo mental de esa suerte de Stephen Hawking de la política que tenemos en España, para envidia de los demás países del mundo mundial.
A Javier Ortiz, algún tiempo después
Hace 1 año
Me gusta cómo escribes pero aquí especialmente te has lucido con el título. Qué bueno...
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