jueves, 7 de mayo de 2009

Las equis de Hacienda


En la próxima declaración del IRPF, no peque usted.

No peque usted de ingenuo, quiero decir. Mire esto y esto, antes de dar cualquier mal paso y siga mi consejo: No marque la casilla que destina parte de sus impuestos a la Iglesia Católica. Por dos motivos fundamentales, aunque hay muchísimos más: 1. No le dan la opción equitativa de destinar esa cantidad a otros cultos religiosos, lo cual va en contra de la Constitución al establecer diferencias donde no debería haberlas (o todos o ninguno). 2. Cualquier culto debería autofinanciarse, sin emplear dinero público en su estructura que es de ámbito privado.

Pero aún hay más: Tampoco caiga en el error de marcar la casilla que le ofrecen como alternativa, la que destina dineros a otros fines sociales, porque la finalidad de esta segunda casilla es dotar de apariencia de legitimidad a la primera. Además, muchos de esos otros 'fondos' sociales pertenecen a la misma Iglesia Católica, con lo cual se cierra el círculo. Como dicen los de Europa Laica: "La casilla para la Iglesia católica y para 'otros fines sociales' son lo mismo". Si necesita más aclaraciones al respecto, mire aquí.

Es preferible dejar ambas casillas sin marcar y que sea el Gobierno quien decida a dónde destinará las ayudas. Podrá destinarlas a quien quiera -incluso a la Iglesia Católica por entero-, pero lo hará, entonces sí, bajo la mirada atenta y fiscalizadora del Parlamento que nos representa a todos por igual.

¡Ya está bien de privilegios provenientes de la era del nacionalcatolicismo, hombre!

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