sábado, 30 de mayo de 2009

Escenas Celestiales VII


- ¡Esto es un escándalo, un abuso!
- Cálmate, hijo mío, y deja que la felicidad eterna te inunde.
- ¡No y no y no! Quiero ver a mis seres queridos. ¡A todos! Este sitio iba a ser el colmo de la dicha, el lugar donde me encontraría de nuevo con los que quiero y que murieron antes que yo. Ahora resulta que no es así. ¡Esto es una mierda!
- Pero aquí tienes a tus padres, a tus abuelos, a tus tíos... Todos buenas personas, temerosas de dios, o sea, de mí.
- No están todos.
- Ahí te tengo que dar la razón. Es verdad que falta tu tío materno. Pero es que él fue ateo hasta el último momento y no quiso saber nada de mí al morir. Como comprenderás, no iba a traérmelo conmigo. ¿Dónde quedaría mi reputación?
- ¡Pero fue como un padre para mí! Me enseñó todo lo que sé. Discutía con él sobre tu existencia. Es cierto que nunca dio su brazo a torcer, pero te aseguro que esas conversaciones me hicieron mejor persona. Él nunca intentó acabar con mi fe, tan sólo quería que fuera honesto con mi corazón. Yo le decía que en lo más hondo de mi corazón estabas tú... y él lo aceptaba. Jamás hizo daño a nadie.
- Pero le faltó lo fundamental: arrepentirse ante mí.
- Si no tuviera grabado a fuego en mi conciencia que eres misericordioso, pensaría que eres un mierda de categoría superior. En toda mi vida no he hecho otra cosa que seguir tus mandamientos, incluso cuando mi conciencia me indicaba lo contrario, como cuando puse las bombas en aquellos trenes, a sabiendas de que morirían muchos infieles. Me debatí durante días entre hacerlo o no. Mi querido tío nunca lo habría aprobado, pero venciste tú...
- Entonces me elegiste a mí, ¿no? Pues aquí me tienes, a tu lado para toda la eternidad. No hay trampa ni cartón. Tus actos han sido justos.
- Pero mi querido tío jamás estará conmigo...
- ¡Venga, Youssef! Tampoco es para ponerse así. ¿Por qué no te vas a divertir un rato con las huríes? Te están esperando.
- Primero asegúrame que los infieles tampoco tienen cabida en el cielo.
- Claro que no. Puedes estar tranquilo. Ellos jamás vendrán al cielo.
- Pero ellos piensan que los que no vamos al cielo somos nosotros.
- Están equivocados. Alá -o sea, yo- es el único dios... y mira que se lo tengo dicho.


2 comentarios:

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