Nadie sabía quién era esa alma que se revolvía como si estuviera poseída por el mismísimo Lucifer. De haber tenido boca, sin duda la tendría rebosando espumarajos. A San Pedro se le veía de lo más alterado, tratando inútilmente de calmar a aquella especie de demonio de Tasmania que se resistía por todos los medios a entrar en el Reino de Dios. En un momento dado, los gruñidos de aquel plasma irreverente se convirtieron en palabras y se le oyó decir: "Preferiría un millón de veces el 'infierno' que este 'cielo' de la descripción popularizada por los cristianos, donde uno está en una puñetera nube, con un arpa de mierda, cantando y alabando por la eternidad a un idiota inseguro de si mismo, bipolar y con carencias afectivas. Mejor el 'infierno', al lado de John Lennon, Cliff Burton, Charles Darwin, Albert Einstein, Marilyn Monroe o Anna Nicole Smith, entre otr@s." El pobre Pedro intentaba convencerle de que Dios no era tan chungo como lo pintaba, pero ni por ésas. Aquella alma desapareció del lugar y nunca más se la volvió a ver.
A Javier Ortiz, algún tiempo después
Hace 1 año
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