No es verdad que las recetas económicas y políticas que se están aplicando sean la única opción posible y menos aún que vengan determinadas por la situación de una economía mundial en crisis, sin que haya una alternativa. Todo lo que se está haciendo responde exclusivamente a posturas ideológicas y a unos determinados intereses gremiales y para nada al bien común. Se trata de una monumental estafa llevada a cabo con nuestro consentimiento. Si quieren cifras que avalen esto que para mí está claro como el agua, les emplazo a que lean el demoledor artículo del economista Vicenç Navarro.
Y si no les convence la argumentación en el plano teórico, sepan ustedes que en Bélgica no tienen gobierno desde hace más de 500 días y no se están aplicando los recortes neoliberales, entre otras cosas porque no hay nadie para descolgar el teléfono cuando llaman los bancos centrales, el FMI o las agencias de rating. ¿Saben cuál es el resultado de no contestar a los popes de la Economía mundial ni seguir sus directrices? Lo cuenta Ignacio Escolar: Mientras Europa languidece, Bélgica no sólo crece, sino que su déficit público se ha reducido, gracias a la recuperación de su economía.
Es todo mentira. Nos mienten y seguimos dejando que los mentirosos se salgan con la suya. ¿Corderitos acudiendo gustosos al matadero?
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