Theresa May, la ministra del Interior británica, pide eliminar la ley de derechos humanos. Asegura que así se devolvería la cordura al sistema de inmigración y se facilitaría la deportación. Era sólo cuestión de tiempo que las derechas europeas se quitaran definitivamente un disfraz por lo demás innecesario y hasta incómodo de llevar.
Los Derechos Humanos nacieron de la férrea voluntad de las naciones de no volver a permitir nada parecido a las dos guerras mundiales, ni de ceder el más mínimo terreno a situaciones que pudieran desembocar en una tercera. Se trataba de construir un mundo mejor y de sentar las bases para lograrlo. Los Derechos Humanos son lo único -aunque las más de las veces sólo sea a nivel testimonial- que nos mantiene fuera de la selva.
A estas gentes que no dudan en arrasar con todo, la civilización, claramente, les sobra y Theresa May, por desgracia, no está sola.
Inglaterra es experta, entre otras cosas, en parir Margaret Thatchers para el mundo, por doquier. Con esos planteamientos (y no otros,más lógicos y urgentes)lo llevamos claro con esta gente y sus ideas de mentes preclaras. Menos mal que el asunto no pasará de la mera anécdota de un comentario reaccionario aka facha (véase la miseria en el mundo, los niños...), porque eso no se lo apoyarán nada más que sus amigos, que si no...
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