No todo va a ser porrazos e involución. A veces, la presión internacional en pro de la democracia (y también la acción continuada del Frente Nacional de Resistencia Popular y demás hondureños disconformes con el golpe de estado de Micheletti, claro) alcanza logros inesperados. Mel Zelaya regresa a Honduras con todas las de la ley (la ley ajustada a Derecho, esté o no esté escrita en los actuales códigos hondureños) y con posibilidades de presentarse a unas nuevas elecciones. Se han firmado importantes acuerdos con el gobierno de Porfirio Lobo que implican serias reformas constitucionales y afectarán a la participación social (el FNRP podrá presentarse a las próximas elecciones). Resumiendo: habrá más democracia, que es precisamente lo mismito por lo que en su día defenestraron a Mel.
Ante tanta generosidad por parte de Lobo se percibe cierto olor a chamusquina: ¿seguirá Zelaya al frente de los que le vitorearon a su llegada a Tegucigalpa (FNRP) o volverá al redil con los liberales que le auparon del poder por díscolo? Sólo el tiempo lo dirá, aunque me sorprendería que le dejaran quedarse con la primera de las opciones.
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