Volvería a hacerlo. Y da las razones de por qué volvería a ordenar la acción policial de la Plaza de Cataluña. Los motivos son claros y suficientes para haberla ordenado, desde luego (asedios y ataques a los cuerpos de seguridad, rotura de camiones o emboscadas a policías por parte de cinco atacantes, por ejemplo). El problema es que no damos con los dichosos vídeos que demuestren que esto fue así. Es una contrariedad que, pese a la gran cobertura de medios en directo, sólo aparezcan imágenes como las que cierran esta entrada y que situan a Felip Puig en la estela de aquellos maltratadores patológicos que, mirando a su víctima aún sangrante, le decían con conmiseración y cierto tono de lástima: ¡mira lo que me has obligado a hacerte! Pasen y vean...
Y a lo mejor aún se anda preguntando este pedazo de pan por qué hay tanta gente pidiendo su dimisión.
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