Esta versión de Wilson Pickett de "La Tierra de las 1000 Danzas" fue mi bautizo en la música Soul. Entre las canciones infantiles de La Pandilla -de las que supongo yo era público objetivo o target como dicen los del marketing- y los gritos de esta bestia de la naturaleza, me quedaba siempre con la bestia. Ahora que veo el vídeo, descubro que la fiebre era general y terriblemente contagiosa. Es un documento impresionante para felicitar este domingo y sólo espero que sepan disculpar -como lo he hecho yo- que la secuencia se corte bruscamente en pleno éxtasis final. Al fin y al cabo, tradicionalmente los domingos se reservan para cuestiones espirituales más elevadas. ¿No es así?
A Javier Ortiz, algún tiempo después
Hace 1 año
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