A veces me gustaría poder sentarme durante media hora en la bahía para ver entrar los barcos. Pero sólo media hora. Después creo que me aburriría de la misma forma que lo hacía en aquellas interminables misas a las que me llevaban de niño, muy de vez en cuando. Por suerte, tras la misa llegaba el resto del día festivo. Feliz domingo a todos.
A Javier Ortiz, algún tiempo después
Hace 1 año
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