Nada más sacar el disco, todas sus canciones ya tenían vídeo. En uno de ellos hasta salía Andy Warhol. El cantante era bien feo y se apellidaba Ocasek... y el bajista tenía el muy kriptoniano nombre de Ben Orr. El batería usaba una batería acústica con un bombo electrónico. Y, además de grandes melodías, tenían un sonido celestial. The Cars sí que parecían enviados divinos a la Tierra, nada que ver con el anodino cura gris que nos daba la chapa en el colegio y a quien Dios tenga en su gloria (en serio, qué mal se lo monta la religión católica). Feliz domingo a todos y cuidado con la carretera. Que todos los que viajan lleguen felices a su destino. Es mi deseo de hoy.
A Javier Ortiz, algún tiempo después
Hace 1 año
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