martes, 13 de abril de 2010

Londres de mis amores...


Lo he dicho antes y lo repito ahora, a fuerza de caerles pesado: La ICAR (Iglesia Católica Apostólica Romana) está que no rige y anda como loca despejando balones pedofílicos a gritos, corriendo por todo el patio arriba y abajo, agitando los brazos desaforadamente y tropezándose una y otra vez con las sotanas. Tarcisio Bertone ha dado con la última explicación a tanto desvarío con los infantes: la culpa es de la homosexualidad y no del celibato, "como afirman muchos psicólogos". Y uno se pregunta quiénes son esos psicólogos, qué les dan de comer y en qué facultades han estudiado (o, mejor aún, 'con qué facultades' han estudiado, si es que de verdad han estudiado). Aparte de aquel estrambótico Aquilino Polaino y demás funcionariado del Opus, ¿hay alguien más en la sala que le dé la razón a Tarsicio?

Nacho Escolar nos recuerda que en el seno de la iglesia los hay que dicen que no es para tanto, que los curas pederastas se cuentan en todo caso entre el 1,5 y el 5% del sacerdocio, nada más. Teniendo en cuenta que hay unos 400.000 curas censados, estamos hablando de 6.000 a 20.000 delincuentes según la propia iglesia. ¿Dicho así les parecen muchos? Pues sepan que son todos maricones y que ahí es donde está el verdadero problema.

La cosa va cogiendo tintes rocambolescos. Las sotanas rasgadas de tanto ir y venir apenas logran tapar todas las vergüenzas y creo que falta muy poco para que la debacle sea total. A Benedicto se la tienen jurada los ingleses ateos, que están empeñados en hacer que Londres detenga al papa, cuando viaje a Inglaterra el próximo mes de septiembre, por su delictivo encubrimiento de los casos de pederastia. ¿Dónde hay que firmar?

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