jueves, 8 de abril de 2010

La Vergüenza Nacional


Está haciendo falta un Berlanga que registre en celuloide la fanfarria salerosa que secunda al juez Varela en su vergonzante proceso de inhabilitación de Baltazar Garzón. Una cohorte liderada por sindicatos de extrema derecha y palmeros de diversa condición asombra al mundo entero. Ya somos noticia en la BBC y en el NY Times, como indica Rosa Mª Artal en su Periscopio. A la vez que más de cincuenta organizaciones de Derechos Humanos defienden a Garzón en todo el orbe, un añejo olor a fritanga de aceite de colza se expande desde el mismo centro del Estado español hasta más allá de los Pirineos, vuelven las folclóricas de plástico a coronar los televisores sobre paños de ganchillo, Margarita se llama mi amor y los Alcántara hunden de nuevo la cabeza entre sus hombros mientras retornan al blanco y negro (aunque ahora el televisor es TDT). Bienvenidos a la España del siglo XXI.

3 comentarios:

  1. ¡¡ Hombreee!! El maestro Berlanga habría tenido aquí material para varias pelis, al estilo de obras como Bienvenido Mr.Marsall o la escopeta nacional(por citar dos),sobre la España profunda y esperanzada o los últimos coletazos de la burguesía del tardofranquismo. Hoy lo que se respira en este pais no es nada alagador: corrupción, marujeo en tv...todo lo cual contribuye a conformar la columna vertebral de la sociedad que tenemos, en donde los jóvenes aprenden que la delincuencia y el pelotazo, al precio que sea, es lo único valido. Por eso, con mis hijos me alegro de ser un padre represivo, en lo que a tele se refiere, y a la vez utilizar el diálogo y potenciar el estudio, la lectura, el cine de calidad...como arma definitiva (ya me va dando los resultados esperados). Pero seguro que Berlanga habría tenido la habilidad para crear finas estampas agridulces o ácidas de la situación actual, por eso ha sido el genio del cine español sin discusión posible.

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  2. Absolutamente vergonzoso....

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  3. bravo bravisimo!


    Rezuma la antigua capitania, se oyen voces de otros tiempos y vuelve ser desenvainada la espada de la represion.

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