Al octavo mes ríes
con cinco azahares
con cinco diminutas
ferocidades [...]
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma [...]
Miguel Hernández escribió para su mujer y su hijo 'Las Nanas de la Cebolla' estando en presidio. Fue exterminado, entre otros muchos, para que España pudiera alcanzar el célebre y envidiable estado de placidez que se vivió durante el franquismo.
Ahora se acaba de saber que un amigo íntimo le quiso salvar del encierro que acabaría con su vida. El poeta sólo tenía que ofrecer a cambio un 'gesto' a favor de Franco. Un arrepentimiento o algo parecido. Hernández no sólo se negó, sino que echó a su amigo y a los demás visitantes falangistas de su celda. Más tarde, escribiría a su amigo para agradecerle el intento de liberarle, aunque lamentando que lo hubiera hecho impulsado por la pasión, en lugar de actuar desde la razón. La misma razón que nos dice que no es justo hacer a los demás lo que no queremos para nosotros mismos. La misma razón que nos dice que nadie puede arrogarse el derecho de quitar la vida a nadie, ya sea mediante la pena de muerte o la de cadena perpetua. La misma razón que nos dice que todos tenemos derecho a ser respetados como iguales en nuestra dignidad (ni dioses, ni reyes, ni tribunos). La razón que nos hace humanos.
Y después los hay que a quien quieren hacer santo es a Karol Wojtyla.
"Tu risa me hace libre,
ResponderEliminarme pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea".
Si, dicen que escribió las nanas de la cebolla cuando su mujer le escribió a la cárcel diciendo que su hijo sólo estaba comiendo cebolla, debido a las penurias que pasaban. Yo tenía 7 años cuando mi padre compró aquel fantástico disco de Serrat que ponía una y otra vez y que no nos cansábamos de escuchar, aunque él ya conocía la obra de Miguel Hernández (y la vida, por supuesto). Mi padre decía que debía ser una persona con una intenligencia y una sensibilidad extrema; un pastor casi analfabeto, que se convirtió en una de las figuras más importantes de la poesía contemporánea. Encarcelado y torturado por el fascismo franquista, como Lorca. Serrat dice(publica otro disco con otras poesías) que tuvo tan mala suerte que, incluso, su centenario cae en época de crisis. También recuerdo que me impresionaba "El niño yuntero" y "Llego con tres heridas" (la de la muerte, la del amor, la de la vida). Abrazos
Y "Para la Libertad", Andrew:
ResponderEliminarPara la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol caudal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho; dan espuma mis venas
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.
Yo también escuché ese disco mil y una veces.
Si, "Para la libertad" tenía una conjunción de música y letra que transmitía optimismo y esperanza, como pocas veces he observado..."Menos tu vientre..." Le regalé el CD a mi padre hace años, aunque creo que aún conservamos el vinilo...
ResponderEliminarHay un dato que quizás no hemos dado y que, alrededor de todo esto del amigo que quiso salvarlo, podría dar la imagen de que Miguel Hernández fué fusilado. Murió en la celda de tuberculosis o de algún problema respiratorio, por las humedades y la basura, sin recibir la asistencia médica que nunca llegó, probablemente porque así lo quería el fascismo. Gracias a mi hermana Aida, historiadora, por refrescarme la memoria.
ResponderEliminarGracias por el apunte histórico, Andrew. Ya he hecho las correcciones pertinentes en la entrada. El sentido de lo que se quería decir no ha variado.
ResponderEliminar