"En la actual tendencia de nuestro tiempo, en que son bastantes los que quieren liberar de Dios a la vida pública, las iglesias cristianas deben caminar juntas para dar un testimonio pacífico de comprensión y unidad entre los pueblos." - Benedicto XVI, demostrando que o no sabe leer bien o los discursos que pronuncia se los escribe el diablo, porque emplea el témino "liberar" cuando bien muy podría haber dicho "vaciar", "alejar", "separar", "despojar", "privar"...
Pero no, ha dicho "liberar"... y estos lapsus del lenguaje muchas veces expresan con claridad meridiana lo que no nos atrevemos a decir abiertamente. "Liberar de Dios a la vida pública", yo no lo habría dicho mejor. Benedicto se posiciona obviamente en contra de tal liberación, ergo a favor de nuestra permanencia en el cautiverio de una vida pública dominada por su dios y, en definitiva, viene a decir que la naturaleza de las creencias no es otra cosa que una especie de cárcel (pocas veces habrá sido este hombre tan sincero, barrunto).
De todas formas, estas palabras las ha dicho recientemente en Friburgo (Alemania) con la intención de trabar lazos con la rama ortodoxa del cristianismo y yo, qué quieren que les diga, le mando desde aquí todos mis ánimos, porque hay que ver lo alto que se ha puesto el listón.
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