600 años sin hambre

El Premio Nobel Alternativo de Economía Manfred Max-Neef ha indicado que con el dinero que se ha usado para “salvar” a los bancos de la situación financiera actual habría “600 años de un mundo sin hambre”. Mientras tanto, la flamante directora del FMI asegura que hay que seguir financiando a la banca y recortando más las economías domésticas. Y así, de derrota en derrota, hasta la hecatombe final, rescatando cual resignados Sísifos a un sistema al que se le da una higa que haya muertos de hambre en un planeta con sobreabundancia de alimentos y recursos. Aún peor: no es que le importe un pito, es que encima negocia con ello. El capitalismo es perverso y criminal en su misma raíz y cada día que pasa se comprueba fácilmente que los remedios que llevamos aplicando desde hace tres años a la crisis -por recomendación de los que entienden de estas cosas y pagándolos con nuestro sudor y lágrimas- no hacen más que ahondarla. El mundo no mejora si lo dejamos al albur de los mercados, ¿es que nadie lo ve? ¿Hasta dónde somos capaces de aguantar?