El presidente de Colombia va camino de cambiar las leyes de su país para poder hacerse con el tercer mandato consecutivo en las próximas elecciones, quizás sobornos mediante. Los medios occidentales dan la noticia con total normalidad, porque Uribe es de derechas y acaba de firmar un acuerdo con EE.UU. para la implantación de bases militares estadounidenses en territorio colombiano. Al venezolano Chávez -de izquierdas y mantenedor de sanas y precavidas distancias con el Pentágono- le han criticado hasta la saciedad que haya pretendido hacer lo mismo que Uribe. Y al hondureño Zelaya lo han sacado de su país a punta de pistola, que es, ya se sabe, como, en toda democracia celosa de sus esencias, el Poder Legislativo y el Poder Judicial actúan contra el Poder Ejecutivo cuando éste se pone díscolo.
No hay dos varas de medir. Es la justicia en sus términos más occidentales. Uribe es un privilegiado y un listo, porque sabe quién es su amo y está dispuesto a morder para defenderle. Y esas cosas se premian.
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