lunes, 10 de agosto de 2009

Hoy es el día de la marmota


Lo confieso. No encuentro estímulo para esta entrada. Me siento Bill Murray atrapado en Punxsutawney en el día de la marmota. La reiteración de los titulares de nuestra prensa me resulta muy cansina. Cospedal (coz pedal, la llaman algunos y con razón, si nos atenemos a sus recientes declaraciones sobre el franquismo que lo impregna todo por culpa de ZP) reparte estopa a las instituciones del estado, quizás aprovechando que sus cuerpos están de vacaciones y que por eso es más difícil que se cabreen. Mientras Pons habla de tintorerías venezolanas, en Baleares, los imputados de ayer son los acusados de hoy. El PP está cayendo en barrena por el tobogán de la corrupción o, mejor dicho, de su destape, y no quieren darse por enterados. Sus electores parece que tampoco. Todo obedece sin duda a una conspiración judeomasónica más, de ésas que con tanto denuedo denunciaban sus abuelos y sus padres. Mientras tanto, el calor provoca un enorme letargo en las clases altas, medias y bajas de este sacrosanto país y así no hay quien se pueda tomar una tila en condiciones. La cosa está jodida. Será cuestión de dejar pasar los días y ver cómo van evolucionando los acontecimientos. Por mi parte, me ausento por unos días y pongo algo de tierra -y mar- de por medio. Ustedes sabrán disculparme. De premio, el próximo sábado escenificaremos el cielo, como es costumbre, y el domingo seré fiel a la cita videomusical, gracias a la confianza que tengo depositada en blogger. Ambos posts ya están terminados y sólo es cuestión de esperar a que la actualización automática tenga lugar tal y como está programada. En eso confío. En eso, y en alguna variación de titulares, por mínima que sea, que me haga sentir que el tiempo no se ha detenido indefinidamente en el mismo día. Es posible que suceda, es posible que no. Yo seguiré cumpliendo, eso sí, con las citas diarias, aunque ustedes apenas noten variaciones entre las mismas. Agosto es lo que tiene.

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