Escenas Celestiales XCIV

- He leído lo que dicen muchos pensadores y creyentes sobre el Cielo y es una sarta de disparates tremenda.
- ¿A qué te refieres?
- A que el 99% son elucubraciones sin pies ni cabeza sobre el espacio-tiempo y sobre el papel de las leyes de la física -o su ausencia- en ese hipotético lugar. Son interrogantes autorrespondidos sin base científica alguna y, lo que es aún peor, sin siquiera tener referencias claras en la Biblia que, por mucho que la dictara Dios, es un libro de hace miles de años que jamás supo aventurar una mínima parte de lo que hoy humildemente nos revelan el telescopio Hubble o el LHC. Ya podía Dios haber informado un poco mediante sus dictados y hacer saber a todos que la Tierra era ya entonces redonda o que al otro lado existía América.
- Te estás desviando del tema. ¿Puedes darme algún ejemplo de esas elucubraciones?
- Aseguran, por ejemplo, que cada uno de nosotros preservará su esencia y su ser, pero liberados de todo mal.
- Exacto.
- Pues ya se fastidió la cosa, porque si le quitamos a nuestras esencias el componente de mal que tienen, ya no las estaremos preservando tal como son.
- No subestimes el poder de Dios. Él es capaz de lograr eso y cualquier otra cosa que se proponga.
- Vale, aceptamos pulpo... pero eso nos sitúa en una perspectiva mucho más incómoda aún.
- ¿Cuál sería esa perspectiva?
- La simple posibilidad de verte cara a cara con quien durante toda tu vida fue tu mayor enemigo y ser convertido de inmediato en su amigo sonriente, todo paz y beatitud cuando le miras a los ojos. Con buen rollito.
- Así lo quiere Dios. El Cielo es un lugar de paz y amor.
- Pues fantástico. Una madre de una víctima de Pinochet acabaría charlando amistosamente con el verdugo de su hijo y amándole. ¿Eso es el Cielo?
- ¡Hombre, no! No creo que Pinochet precisamente acabe en el Cielo?
- ¿Cómo que no? Recibió los Últimos Sacramentos antes de morir y siempre aseguró ser un buen cristiano. Lo lógico es que esté allí.
- Bueno, bueno. Eso son sólo asuntos terrenales que desaparecerán nada más cruzar el umbral del Reino del Señor. Ya no importarán.
- Ya. Será todo paz y buen rollito, como decía. Todos mirándonos las caras unos a otros en un ambiente de concordia y felicidad. ¿Has visto la película "Alguien voló sobre el nido del cuco"?
- Sí, muy buena película. ¿Por qué lo preguntas?
- Porque tu dios es clavadito a la enfermera Ratched.