Me sigo revolcando en la náusea y en el asco. Clama al cielo la postura aquiescente adoptada por el gobierno de España ante la masacre perpetrada ayer por Marruecos en la República Árabe Saharaui Democrática. Me hierve la sangre ante esa plácida neutralidad que se felicita de que las negociaciones entre ambas partes hayan tenido lugar pese a todo. Está muy bien que verdugo y víctima dialoguen, que el diálogo es muy bonito, pero... ¿dónde demonios están las palabras de condena que se merece Marruecos? ¿Dónde las sanciones y los embargos internacionales hasta que ese país se atenga al Derecho Internacional y deje de invadir a su vecino? España adopta la política del avestruz de la forma más lamentable, cuando históricamente le correspondería atacar el problema de frente. Lo dice con toda exactitud Mikel Basabe en Público: "Que nadie hable de neutralidad, ni dé sensación de equidistancia. No porque no pueda España ser equidistante –que no puede, porque la legalidad internacional le obliga a no serlo–, sino porque es mentira que España esté siendo neutral, es mentira que España trate igual a las dos partes. Para ello, lo primero que tendría que hacer sería reconocer que el representante legal del pueblo saharaui es el Frente Polisario, y establecer relaciones diplomáticas con él."
A Javier Ortiz, algún tiempo después
Hace 1 año
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se permite la entrada, cómo no, a todas las ideas.
Se prohíbe la entrada, cómo no, a cualquier insulto.