Despido prácticamente libre y recortes, recortes y más recortes. Gran idea. Un prodigio de genialidad, sin duda. Lo mejor para aplacar la inquietud de los mercados, dicen. No queda otra, dicen.
Quedan muchas otras posibilidades, en realidad, pero lo que desde luego no hay es eso que llamamos democracia. No en España. Probablemente tampoco en Occidente. Los partidos 'gobiernan' sólo para seguir los dictados de esos mercados. Y los mercados quieren recortes y un despido más libre (flexibilidad laboral, lo llaman). De paso, ya que estamos, adelgazar el estado, quitando -podando, según gusta de decir Rajoy- funcionarios de aquí y de allá (menos profesores, menos médicos, menos bomberos...) Y Zapatero va y lo hace, oído cocina.
Es muy doloroso ser testigo del desmantelamiento del Estado de Bienestar que caracteriza a Europa y el cual España apenas ha llegado a rozar. Que lo haga quien en su día dijo "No os fallaré", es sencillamente nauseabundo. No hay democracia. Con nuestros votos hacen lo que les mandan otros. Vendrán más recortes, ¿quién puede impedirlo? Los mercados danzarán alegres como el Tío Gilito, sobre sus montañas de monedas cada vez mayores, y a nosotros -si lo consentimos- nos aguarda una vida cada vez peor. Cada vez peor. Cada vez peor.
Lo dice el catedrático de Economía Aplicada Juan Torres lópez y lo dice también mi admirado Viçens Navarro: "Nunca un país ha salido de una gran recesión siguiendo políticas de austeridad en el gasto público."
Pero Spain is different, ¿quién te ha dicho a ti que yo quiero que me saques de la recesión? ¡Vivan las caenas! Y a votar al PP en masa. Tenía razón Alfonso Guerra, a este país ya no lo conoce ni la madre que lo parió.
Quedan muchas otras posibilidades, en realidad, pero lo que desde luego no hay es eso que llamamos democracia. No en España. Probablemente tampoco en Occidente. Los partidos 'gobiernan' sólo para seguir los dictados de esos mercados. Y los mercados quieren recortes y un despido más libre (flexibilidad laboral, lo llaman). De paso, ya que estamos, adelgazar el estado, quitando -podando, según gusta de decir Rajoy- funcionarios de aquí y de allá (menos profesores, menos médicos, menos bomberos...) Y Zapatero va y lo hace, oído cocina.
Es muy doloroso ser testigo del desmantelamiento del Estado de Bienestar que caracteriza a Europa y el cual España apenas ha llegado a rozar. Que lo haga quien en su día dijo "No os fallaré", es sencillamente nauseabundo. No hay democracia. Con nuestros votos hacen lo que les mandan otros. Vendrán más recortes, ¿quién puede impedirlo? Los mercados danzarán alegres como el Tío Gilito, sobre sus montañas de monedas cada vez mayores, y a nosotros -si lo consentimos- nos aguarda una vida cada vez peor. Cada vez peor. Cada vez peor.
Lo dice el catedrático de Economía Aplicada Juan Torres lópez y lo dice también mi admirado Viçens Navarro: "Nunca un país ha salido de una gran recesión siguiendo políticas de austeridad en el gasto público."
Pero Spain is different, ¿quién te ha dicho a ti que yo quiero que me saques de la recesión? ¡Vivan las caenas! Y a votar al PP en masa. Tenía razón Alfonso Guerra, a este país ya no lo conoce ni la madre que lo parió.
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