Se le va al piso la empresa Air Comet. No pasa nada. Deja de pagar a sus empleados, mientras los mantiene trabajando. No pasa nada. Les dice que cobrarán lo que se les debe y que, para ello, les da su garantía personal. Pero les miente, porque no paga... y no pasa nada. Cuando por fin llega el juicio, nuestro hombre no acude. En su lugar, comparece su abogado. Tampoco pasa nada. Su abogado dice que la 'garantía personal' manifestada en su día en modo alguno obliga a su cliente a pagar el dinero adeudado. Dice que, en todo caso, sólo ha contraído una deuda moral con sus otrora asalariados, que no vinculante. Había una pequeña grieta casi imperceptible en el muro de la garantía... y por ahí ha salido huyendo. El presidente de la CEOE, que en determinados casos ha de sellar acuerdos tras negociaciones de altísimo nivel, no tiene palabra. ¿Puede la clase empresarial española sentirse adecuadamente representada por Gerardo Díaz Ferrán, sin arquear una ceja? ¿Va a ser que sí? ¿Que se sienten bien representados? ¿Quizás hasta se identifican con él? ¿En serio? ¿Son todos así?
A Javier Ortiz, algún tiempo después
Hace 1 año
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