jueves, 19 de noviembre de 2009

R.A.S.D.


De niño, tuve la suerte de compartir muchas tardes con amigos saharauis. Me explicaban que sus familias vivían en campamentos y que apenas tenían agua o juguetes. Su país, me decían, se llamaba República Árabe Saharaui Democrática. El nombre me parecía precioso (me lo sigue pareciendo). Empaquetábamos ropa, comida y medicamentos con destino a un desierto mucho mayor que lo que uno pudiera imaginar, con inmensas montañas de arena, tan altas como una casa. Me familiaricé con su correctísimo castellano de sonoridades árabes. Me gustaba escucharlo. Aquellos niños sabían escribir en árabe y en español. Les envidiaba por eso. En aquel local de la Asociación de Amistad Canario-Saharaui hice muchísimos deberes escolares, entre lunas y estrellas rojas y carteles con la imagen de El-Ouali Mustafá Sayed. Me explicaron que era un héroe de la resistencia ante el invasor ejército marroquí, porque, empuñando un pedazo de metralla a modo de granada, había tenido el arrojo de amenazar a una patrulla alauí con reventarlo todo si no deponían las armas, cosa que hicieron. Así fue como el Frente Polisario conquistó sus primeros fusiles para la lucha por su autodeterminación, que dura ya casi 35 años, con periodos de paz intercalados y resoluciones de la ONU favoreciendo esa autodeterminación que nunca llega.

El papel desempeñado por España en todo este tiempo es del todo vergonzante. De la antigua 'potencia' colonial se esperaba, cuando menos, un papel internacional más relevante y decidido en favor de la justicia y la población cuyos destinos antaño regentaba o, como mínimo, una posición seria en cuestiones de arbitraje. En lugar de eso, se ha comportado de forma cobarde, plegándose miserablemente a los intereses marroquíes, sin atender al pueblo saharaui en lo más mínimo, con tal de no importunar al vecino de Rabat.

Que Moratinos se ponga ahora chulillo con Aminnetou Haidar ("Bájame el labio, piba", que no otra cosa le ha venido a decir) no me sorprende. Es, simplemente, la penúltima entrega de este triste culebrón español que arrancó en la agonía de Franco y continúa hasta hoy con sucesivos cambios en la dirección (UCD, PSOE, PP, PSOE), pero sin variaciones en el guión principal: Débil con el fuerte, fuerte con los débiles. ¿Que no me metía con el gobierno de Zapatero? Pues en esta cuestión, impotencia es la palabra. Y asco. Profundo asco.

3 comentarios:

  1. Yo también siento un profundo asco con el proceder en el tema saharaui. Pero, querámoslo o no la única responsabilidad es la del estado español, que tenía que garantizar la descolonización y todo el proceso de autodeterminación. Así está recogido en las famosas resoluciones de la ONU, desde hace ya más de tres décadas. En vez de ello, se optó por un acuerdo tripartito en Madrid, con Mauritania y Marruecos. En él se entregaba descaradamente un pueblo, que permanecía bajo la potestad del estado español, a la rapiña de dos lobos hambrientos de expansión imperialista; todo ello en pleno proceso de descolonización. Más claro agua, traición al más alto nivel institucional hacia un pueblo y ridículo por irresponsabilidad ante todo el marco internacional; irresponsabilidad que aún hoy persiste. Mauritania se retiró a tiempo de poder salvar su propia autonomía como estado libre; el lobo del norte no resultó ser tan compañero de correrías y escondía, (como siempre esconde) otras intenciones que ha punto ha estado de costarle muy caro. Hay quien dice que con la traición al Sahara, se evitó la anexión de Canarias por Marruecos, cuyas intenciones no debería de extrañarnos. También que si fue un cange y así evitar reclamaciones de territorios como Ceuta, Melilla, Perejil,... Incluso, que con esta postura, los aires independentistas de las islas mermarían; pues siempre preferirían pertenecer al estado español, que convertirse en marroquíes. Pura cortina de humo, fuese una, dos o las tres las motivaciones para cometer la traición, que se pactó en el tratado de Madrid contra el pueblo saharaui,el estado español no tendría tampoco ningún derecho legal para obviar las resoluciones de la ONU. Estamos acostumbrados a que países, abanderados de la "democracia" y erigidos en sus garantes, actúen cual misioneros propagando la única verdad; saltándose a la torera las resoluciones de un organismo que representa a la humanidad. El estado español se está ganando a pulso ser uno de ellos, la guerra trampa a Irak y la traición al Sahara son ejemplos claros. El conflicto de Irak, costó el atentado más sangriento cometido en territorio nacional en tiempo de paz. Lo del Sahara le ha costado estar sometido a la vergüenza internacional durante 35 años y expuesto a que cualquier saharaui le haga bajar la cabeza y hacerle sonrojar. Eso si no se ha perdido totalmente la vergüenza. Moratinos, por tanto, viaja a Marruecos a intentar mediar ante su homólogo alauita; jamás se atrevería a mirar de frente a Aminatou Haidar.

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  2. No voy a decirte que esperaba referencias tuyas a esta ignominiosa circunstancia de Aminetu Haidar, ya que suponía encontrarlas aquí más tarde o más temprano. Lo que sí te diré es que, como tú, recuerdo en mi infancia todas las referencias que comentas sobre el Frente Polisario, conocí también a algunos niños saharauis, y me brotan las lágrimas cuando pienso que los años pasan y la cosa sigue igual. España, con sus gobiernos socialdemócratas,sus borbones, y su clero, dando la espalda a una realidad tan dolorosa como injusta, por cuyo fin muchos hemos luchado y lo hacemos aún, sometiéndonos a los dictados de una represión feroz. Esta tarde a las 19:00 concentración Plaza La Feria, Delegación del Gobierno.Un abrazo

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