sábado, 14 de noviembre de 2009

Escenas celestiales XXX


- Nombre...
- Nacho Vidal, pa' servirle a Dios y a usted.
- ¿El actor porno?
- El mismo que viste y calza.
- No, amigo. Aquí, usted ni viste ni, mucho menos, calza.
- Anda. Es verdad.
- ¿Y qué hago para correrme?
- ¿Perdón?
- Para tener un orgasmo, digo... ¿qué hago?
- Esas cosas aquí no se hacen.
- Pero, ¡qué me está usted diciendo!
- Lo que oye. Castidad eterna. Extraordinaria placidez. Forever and ever.
Nacho se queda callado durante algún tiempo (pon tú que diez mil años o así) hasta que se le iluminan los ojos y le dice al primer espíritu que pasaba por allí:
- ¿Sería usted tan amable de indicarme por dónde se va al cielo de los musulmanes?
- Claro que sí, faltaría más. Es por allí. Tienes que seguir todo recto hasta atravesar los desiertos remotos y las montañas lejanas.
- Gracias. Muchísimas gracias.
- De nada, picarón.

1 comentario:

  1. Jajajajaja, Buenísimo!!!...Al hilo de tu búsqueda del planteamiento de como se supone que deberían ser las cosas en el cielo, en este caso apuesto a que serían así, estoy contigo, y creo que el resto de los mortales también.

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