sábado, 3 de julio de 2010

Escenas Celestiales LXIII


- Así que no hay niños, adultos o viejos. Sólo almas.
- Exacto.
- ¿Y las almas no tienen edad?
- No. Van sumando años, si acaso, durante toda la eternidad, pero eso nada importa.
- No importa...¿?
- No. Da lo mismo. Son almas y punto.
- Pero las habrá más joviales y juguetonas y las habrá más adustas e introspectivas, ¿no?
- Pues no. Son sólo almas.
- ¿Ni unas más impacientes que otras?
- No.
- Pero entonces, ¿se distinguen entre sí?
- Apenas.
- ¡Pero eso es horrible!
- ¿Por qué ha de ser horrible?
- Todos uniformados... no sé... es como claustrofóbico, ¿no?
- Tú no te preocupes por eso. Está todo controlado. De entrada, mírate. ¿Te reconoces?
- No. Lo cierto es que no.
- Ahí está la clave. No hay ningún ego que defender. Tú ya no eres tú, ¿entiendes?
- Ah, ahora lo veo claro. Así, sí. Es como ir de tripi, pero a lo bestia, ¿no?
- Más bien como estar hiperdopado de morfina. Endorfinas a tutiplén y que sea lo que Dios diga.
- Pues haber empezado por ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se permite la entrada, cómo no, a todas las ideas.
Se prohíbe la entrada, cómo no, a cualquier insulto.