sábado, 25 de septiembre de 2010

Escenas Celestiales LXXV


- Y yo que pensaba que aquí en el Cielo todos seríamos iguales.
- ¡Qué va! Cuando llegas, eres, por fuerza, diferente a todo lo que hay. Pero después pasas, como todo el mundo, por un período de adaptación que suele durar más o menos tiempo, dependiendo de la persona.
- ¿Adaptación a qué?
- A varias cosillas que aquí tienen su importancia, como acostumbrarte a tu nuevo estado inmaterial, ingrávido y adimensional... hacerte una idea de lo que significa la eternidad y las responsabilidades que conlleva... o aprender latín para poder entenderte bien con todo el mundo. ¿No te había dicho ya que el latín es el idioma oficial aquí? ¡Qué descuido! Los que llegan sabiendo latín ya llevan algo de ventaja al resto.
- A mí los idiomas se me dan fatal y me parece que voy a necesitar algo de tiempo para las tres cosas, ¿no?
- Sí. Pero te recomiendo que lo disfrutes todo lo posible.
- ¿Por...?
- Porque, cuando lo hayas aprendido y sepas de qué va la cosa, te mezclarás con los demás y ya no existirás nunca más como individualidad en este mar de almas. Serás apenas una gota de agua. Cuando pasen los eones, habrás olvidado tu lengua materna, todo tu pasado y lo que fuiste. De tu parte humana no quedará ni un solo recuerdo. Pero podrás gozar de la gloria divina... y eso lo compensa todo.
- ¿En serio?
- Eso me han dicho. Yo todavía no acabo de verlo... y hace mucho que dejé de saber quién fui.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se permite la entrada, cómo no, a todas las ideas.
Se prohíbe la entrada, cómo no, a cualquier insulto.