jueves, 2 de septiembre de 2010

El soplido naranja


Lo que yo decía. No son prestadores de servicios, sino simples y avaros recaudadores. El argumento de la saturación del ancho de banda es tan falaz que no ha tardado ni 24 horas en deshacerse como un castillo de naipes en una ventisca. La que ha soplado ha sido Orange (¡ojo!, no confundir con Orange Market), poniéndole una narizota de Pinocho tremenda a la Telefónica. Pero el otro aspecto que yo citaba ayer es el que tiene más enjundia y nunca se nombra. Lo repito: hace ya más de diez años que los cables de la electricidad diseminados por todo el mundo deberían haberse convertido en las autopistas de alta velocidad para las señales de internet. La tecnología ya estaba ahí entonces, con sus codificadores y decodificadores capaces de separar la corriente eléctrica de los facebooks, youtubes y twitters. Estaba y sigue estando ahí. Alguien debería aclarar por qué no se ha hecho.

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