lunes, 28 de junio de 2010

No Future


Durante mi adolescencia, los 'punks', impresionantes seres con imperdibles y crestas de colores, nos gritaban que no había futuro. Eran los hijos desengañados de la sociedad británica del momento y mostraban su rechazo al mundo y al desesperanzador presente que les había tocado vivir, desde una postura anárquica y antisistema. Como tantos otros movimientos sociales con verdadero espíritu transgresor, su estela fue apagándose en el tiempo, quedando tan sólo el componente folklórico de su impronta estética en el plano más superficial y comercializable. Dentro de sus iconos reconocibles, perduran las mencionadas crestas e imperdibles, la banda sonora de los Sex Pistols y demás... y el tremendo eslógan "No Future".

No deja de tener su gracia que la Iglesia Católica Apostólica y Romana haga uso del mismo eslógan apocalíptico, para avisarnos del desastre que supondría para los cristianos y el mundo en general la eliminación de crucifijos de las aulas y demás espacios públicos. Y la gracia está en que estos curas -igual que los 'punks' sobrevenidos que hoy pasean su ocio por los centros comerciales de nuestras ciudades- son imágenes sin contenido de lo que acaso en su día fueron, un movimiento social con verdadero espíritu transgresor. Éstos se quedan en sus cruces, en sus alzacuellos y en sus semblantes inexpresivos, porque con ellos, al parecer, les basta. Y pretenden que también nos baste a nosotros.

La diferencia con los 'punks' -y esto sí que apenas tiene gracia- es que éstos últimos hace tiempo que dejaron de dar la vara.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo; de lo del punk, movimiento que en su momento que se rebelaba contra la Inglaterra de la monarquia, el paro y los rockeros acomodados en sus millonarias mansiones, dejándo de lado la cercanía al pueblo que era lo que les había caracterizado, fué una eclosión total, y de todo ello, como bien dices, una vez absorbida su filosofía por el sistema que lo traga todo, solo quedan alguna que otra cresta e imperdible y siendo mínimamente objetivos, la iglesia parece que va por la misma senda, la de ser sólo fachada, ya que sus cimientos se van derrumbando poco a poco. De ahí su necesidad constante de búsqueda savia renovada, ya que las nuevas generaciones cada vez le dan más de lado. Ellos se lo han buscado.

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