miércoles, 16 de junio de 2010

Entrada nº 500


Como la informática no falla casi nunca, cabe deducir que ésta es la entrada número 500 de este blog de ustedes. Como yo tampoco he fallado en lo de mantener contra viento y marea mi cita diaria, cabe deducir que comencé a bloguear hace hoy exactamente quinientos días. Creo que es un tiempo lo suficientemente importante como para hacer balance y olvidarme, aunque sólo sea por hoy, de comentar la hiriente actualidad. Escribo un 'post' diario, siguiendo el ejemplo de mi admirado Javier Ortiz. De lunes a viernes me dedico a las cosas que pasan; los sábados, a las que pasaron, pasarán o están pasando ahora mismo en el cielo, si es que existe tal cosa... y los domingos, dentro del más escrupuloso respeto a mi esencia cristiana y tradicionalista, se los dedico siempre a la música, porque soy incapaz de concebir un cielo que carezca de ella. Y si lo hay, no es cielo y sí castigo eterno. Al menos para mí.

Reconozco que algunos días me ha costado mucho escribir, hastiado de ver cómo la realidad es cíclica y cómo los errores que nos impiden progresar o mejorar, lejos de ser corregidos, son repetidos una y otra vez. ¿Tiene sentido escribir cada día en pro de la Educación para la Ciudadanía o de una derecha civilizada y equiparable a la inglesa, la francesa o la alemana? Desde luego, parece necesario, viendo cómo anda el patio patrio, pero no soy Sísifo y mi musculatura no es la de un semidios. La piedra acabaría por aplastarme más pronto que tarde, mucho antes de llegar a la cima. Me falta tal vez el coraje de Rachel Corrie y el alma infatigable de Ghandi o del Ché. Empleo la constancia hasta donde puedo. Eso es todo.

Es descorazonador constatar que en 500 días nada ha cambiado o que los pocos cambios que ha habido han sido a peor. También es descorazonador ver cómo "el Mercado" desmantela el Estado del Bienestar europeo ante nuestros propios ojos y no hacemos nada para impedirlo, mientras se aleja para siempre el sueño de una sociedad más libre, igualitaria y fraterna. El faro de Europa se apaga, igual que se apagó el de Alejandría. Y ya en un plano algo más folklórico, es doloroso, muy doloroso, ver que este país calza aún la boina hasta las cejas, tanto en maltrato de género como en cerrazón machista, sotopirenaica y taurina. Nos dijeron que estábamos adentrándonos en la Era de Acuario. Resultó que era mentira, una cruel burla del destino. En realidad, y cada vez más, estamos en una vulgar pecera.

3 comentarios:

  1. ¡¡Enhorabuena, Miguelo, por las 500 entradas de tu blog!! Y también porque realizas un cometido de mucho valor y con esfuerzo, brindándonos,con tus comentarios y reflexiones,mucha cultura en estos tiempos difíciles, en lo que todo lo que nos rodea parece estar reñido con ese sustantivo; además de la información que aportas, siempre desde otra óptica diferente a la tendenciosa a que nos tienen acostumbrados, sin pudor,la mayor parte de nuestros medios de comunicación. Y sí, por lo que comentas de esa realidad cíclica, es por lo que yo me cabreo siempre con esos que dicen que no hay que remover o rebuscar en la historia, ni siquiera mirarla, pues suelen ser los que han causado más daño, o lo justifican de alguna manera. Si aprendíesemos de la historia...pero es triste que en el siglo XXI aún metamos las patas en los mismos agujeros y nadie reaccione. ¡¡Chiquito futuro para nuestros hijos!!. Un abrazo muy fuerte.

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  2. Muchas gracias, Andresillo. Voy a por las 1000.

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  3. Aunque a veces amargue la desidia, hay que seguir removiendo conciencias y para eso nada mejor que leerte, así que como tu dices, a por las 1000... y enhorabuena!

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