Si Dios no lo remedia, mañana culminaré mi cuadragésimo quinta vuelta a nuestro astro rey, una estrella de lo más convencional de entre las miles de millones que hay en el Universo. A pesar de tanta vuelta, no siento mareos (por aquello de la costumbre y sobre todo por la inercia, supongo), pero sí que noto cada vez más las cosquillas en el estómago, porque a cada año que pasa me asombro más de estar vivo... y de sentirme cada vez más ídem. Algo así como lo que se ve en el vídeo que hoy les traigo. Feliz domingo a tod@s.
A Javier Ortiz, algún tiempo después
Hace 1 año
Felicidades!
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