"Toda acción dirigida a interrumpir la alimentación o la hidratación constituye un acto de eutanasia." - José Vilaplana, obispo de Huelva, que opina que hay que mantener un cuerpo en vida a toda costa, aunque acabe llenándose de escaras, incluso aunque la persona haya expresado su voluntad de no permanecer enchufada como un vegetal, prolongando de esa forma tan inhumana su agonía y la de las personas que la quieren. Allá él con su sádica opinión, pero me temo que, cuando gobierne el PP, esa opinión tomará cuerpo... de ley.
¡Ay, la iglesia! Si estuviera en su mano, penaría la eutanasia con la pena de muerte. - Un sagacísimo comentario leído en esta página.
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