miércoles, 11 de febrero de 2009

La Ciénaga


Y aquí estamos. En medio de la última gran crisis de nuestro sistema económico capitalista, que probablemente acabará desembocando en graves crisis sociales y políticas en las -todavía- rutilantes democracias occidentales a corto/medio/largo plazo (no me arriesgo a dar fechas, póngase usted a vaticinar vencimientos, con la que está cayendo).

Esta economía de libre mercado es como el niño despreocupado y autista que, a poco que te descuides, se lanza a jugar en un lodazal de arenas movedizas sin querer darse por enterado ni hacer caso de las señales hasta que ya es demasiado tarde. Estamos dentro de la ciénaga y aún no hemos tocado fondo, a decir de los que de esto tanto entienden. Para salir de la trampa, es inútil dar brazadas agitadamente o, peor aún, seguir jugando a lo mismo, desterrada por completo la cordura, esperando a que la situación mejore por intervención divina. Los que piden más de lo mismo (más mercado libre, menos control, despidos gratis) o están ciegos o les inspira el obtuso egoísmo. Sospecho que ambas cosas a la vez: serían capaces de hundir al de al lado con tal de salir -ellos solos- del pozo.

Que digo yo que si la solución al hundimiento de la economía es esperar a que ésta vuelva a flote por sus propios medios, pues ya podemos esperar sentados (no olvidemos que hablamos de arenas movedizas, sin un firme en el que tomar impulso hacia la superficie). ¿Cómo se imaginan ustedes el día en el que los bancos vuelvan a conceder créditos como solían? ¿Retornarán esos días felices? ¿Qué ha de pasar antes para que esto suceda? ¿Más dinero del estado, tal vez? ¿Les invitamos a una fiesta con Ferrero Rocher? ¿Más genuflexiones, a lo Piqué? ¿No sería lo más lógico que la banca hiciera uso de sus ingentes ganancias y apoyara objetivos concretos para el relanzamiento de la economía, en connivencia con el gobierno? ¿Por qué no aplicar un poquito de planificación, aunque sólo fuera por un momento, en lugar de la misma anarquía mercantil individualista y aniñada de siempre? Si ésta nos ha fallado, ¿no podríamos probar un poco de la otra receta? ¿Se lo imaginan? ¡Los bancos haciendo de Robin Hood! ¡Empleando los dineros de forma controlada y no especulativa! ¿Les alcanza a ustedes la imaginación para tanto? A mí, la verdad, no.

No sé qué hace el gobierno de España que no nacionaliza la banca de una vez.

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