martes, 1 de diciembre de 2009

La Nouvelle Cuisine


Frente al Soft Power de Bill Clinton y el Hard Power de George W. Bush se encuentra el Smart Power de la administración Obama. Los tres son compendios de recetas para presentar variantes de un mismo plato carnívoro que no es otro que la extensión del poder militar y la defensa de los intereses económicos de los EE.UU. a toda costa. Unas recetas incluyen altas dosis de diplomacia y una elaboración más lenta y cuidada del solomillo. Otras prescinden de finuras, machacan todos los ingredientes hasta hacerlos puré a lo tártaro y te lo comes crudo, con o sin Colin Powell.

Pero el Smart Power viene a ser la Nouvelle Cuisine de la alta política. El novamás de la sofisticación culinaria merced a la cual te tragas un solomillo pensando que paladeas un sorbete, mientras contemplas extasiado lo bien decorado que está el plato. Aún así, te has acabado tragando el cacho de carne, que es de lo que se trataba. Es en esta tercera variante donde el chef ha de ser un verdadero artista, un prestidigitador excelso. Y ahí es donde entra en escena Barack Obama. ¡Ale-hop!

Hoy decidirá Obama lo que ha de suceder en adelante entre Estados Unidos y Afganistán. Todo apunta a que enviará más tropas a un conflicto más que enquistado, que se prolonga ya por más tiempo que la guerra de Vietnam. Durante la campaña electoral apareció ante los ojos de sus paisanos -y de los ojos del mundo- como ese superpresidente que tanto gusta de aparecer en las películas de Hollywood, capaz en un momento dado de reducir en pleno vuelo a los secuestradores del Air Force One o de mantener a raya a los generales del Pentágono o de retar a los poderosos, porque sólo debe cuentas al pueblo llano que es quien le ha votado. Las esperanzas, al parecer, siguen puestas en que ese Obama heroico alce su voz, dé un puñetazo en la mesa, les diga a los generales: "Señores, hasta aquí hemos llegado" y acabe de una vez por todas con la guerra que nunca quiso. O que decía no querer.

Mis esperanzas, sin embargo, son muy pocas. El Pentágono gana siempre. Kennedy lo supo demasiado tarde. En Honduras se está viendo ahora mismito. El pueblo estadounidense que votó en masa a Obama va a despertar de su sueño democrático de la peor de las maneras y acabará pensando cínicamente que todos los políticos -Obama también- son iguales. Las preguntas son obligadas: ¿Creía Obama realmente todo lo que decía antes de ser elegido o sólo fingía creerlo? ¿Supuso para él algún tipo de shock constatar que contra el establishment militar de su país no hay nada que hacer? ¿En qué momento de su larga carrera hacia la presidencia se lo explicaron? ¿Y quiénes fueron los amables e instructivos 'profesores'?

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con tu apreciación acerca del "smart power". Me he permitido enlazar tu post en mi blog y citarte, espero que no te importe. Un saludo.

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  2. Encantado, Poretski. ¿Cuál es el enlace a tu blog?

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  3. Ya dí con él (PAREN EL MUNDO QUE ME QUIERO BAJAR...) en http://poretski.blogspot.com/

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  4. quiero creer que el primer estadounidense en despertar con pesadillas, fue el propio barack. y quiero creerlo porque confieso que fui uno de esos millones de ingenuos, que vivieron con renovadas esperanzas el advenimiento de lo que parecía un muy necesario,nuevo inquilino de la casa blanca. verdad que cualquier cambio era muy necesario, george, el amigo de ansar, amigo del risitas, hijo pródigo del catolicismo,...(bien de enchufaos), como decía, george tenía el patio tan revuelto y tan pocas luces para ordenarlo meridianamente, que cualquiera era necesario.
    por ello barack, no tuvo que competir con los republicanos para la presidencia.
    lo singular de este señor, lo que despertó tanta expectación y sembró de esperanzas a muchos, era que representaba algo así como la antítesis de lo que podría ser un presidente de estados unidos: dentro de su país, por el color (simple verdad?) y fuera, por su curriculum, por sus mensajes, por la forma en que afrontó la campaña y por luchar,convencer y vencer entre los suyos (los demócratas).
    es por ello, que quiero pensar que el primer decepcionado de que las cosas no caminen exactamente como nos hizo pensar a muchos, sea él mismo.
    y es que estados unidos es un caballo muy complicado de cabalgar, si se quiere buscar caminos alternativos pero necesarios para tener la compañía de otros jinetes importantes en la pradera del concierto de intereses mundial.máxime, si se lleva a la grupa una compañera de viajes con la que tuvo que enfrentarse tan duramente y que tanto poder mediático atesora (de sobra es conocida la línea más dura y conservadora de hillary).
    pues ahí los tenemos a ambos, "abligados" compañeros de viaje, a lomos de un corcel difícil, muy difícil.
    probablemente hallan pactado un acuerdo de mínimos y probablemente sea ese también el origen de lo que se ha venido a denominar "smart power",receta ésta suficientemente explicada en el artículo, que consigue sedar al equino y mantenerse relativamente cómodos a lomos de su grupa.
    es por ello que a pesar de que barack quisiera acabar cuanto antes con lo que considera otra guerra absurda, al final terminará enviándo hillary, más efectivos para continuar la misma.
    eso sí con plazos para acabar de una vez con este absurdo, no en vano soy yo barack housein obama, el primero en esta presidencia dual.

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