sábado, 26 de febrero de 2011

Escenas Celestiales XCVIII


- ¿Cuánto tiempo habrá pasado desde que llegué aquí?
- Imposible saberlo. Sólo sé que yo llegué un día antes que tú, pero de eso hace tanto tiempo que ni me acuerdo. Sé lo de llevar aquí un día más que tú, porque te lo repito siempre que me haces esa pregunta.
- Y, ¿cuándo dejaste de responderme? ¿Cuánto tiempo habrá pasado?
- También es imposible saberlo. Es lo que pasa cuando transcurren millones de años y no hay posibilidad material de hacer la prueba del carbono 14 que, de todas maneras, tampoco sería muy de fiar.
- Yo es que ya no le veo sentido a esto, tú.
- ¿A qué?
- A seguir con esta vida de alma, si es que acaso se le puede llamar vida.
- No sé cómo puedes decir eso, con la de cosas que te quedan por hacer.
- ¿De verdad? ¿Qué me queda? ¿Dar 21 vueltas alrededor de Saturno en lugar de las últimas 20? ¿Teletransportarme a dos confines del universo en un segundo, en lugar de en dos? ¿A tres sitios, en lugar de a dos? ¿A cuatro? ¿A mil? ¿Hacer todo eso con una aceituna (figurada) en la nariz? Estoy hastiado de todo lo que llevo hecho, mi imaginación no da para más. Me aburro soberanamente. Sólo encuentro tedio.
- ¡Qué complicada eres!
- Me quiero morir.
- Pues eso sí que aquí no puedes hacerlo.
- Ya lo sé.

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