viernes, 27 de agosto de 2010

Son un peligro real


No hay dos sin tres -dicen- y, siguiendo la estela de las entradas anteriores, hoy trataré de cerrar este paquete urgente -en tres entregas- de medidas disuasorias ante la tentación de dedicar la vida -o una minúscula parte de ella siquiera- al culto y/o seguimiento de alguna religión. Tenía pensado explicarles por qué las religiones me parecen esencialmente perniciosas para el mundo, pero he tenido que cambiar mis planes, porque Gustavo Vidal, antipódico hermano del prolífico escritor y ex colaborador de la Cadena COPE César Vidal, se me ha adelantado en decirles lo que yo quería decirles... y además lo hace mucho mejor que yo. Les doy la entradilla, para que entren en calor, y luego ya, sí eso, pues continúan leyendo su artículo hasta el final, que seguro que les encantará:

"En la antigüedad, pocas decisiones políticas se tomaban sin consultar a druidas, sacerdotes o magos. Estos dictaminaban tras observar las entrañas de algún pájaro, el movimiento de las nubes o el aspecto de una planta. Sorprende que la humanidad haya avanzado -o retrocedido- en base a esos criterios. Lamentablemente, a día de hoy, seguimos presos de criterios análogos."

En serio que todavía no entiendo cómo es que de verdad son hermanos, César y Gustavo.

1 comentario:

  1. Realmente son el antagonismo en su grado sumo, pero mejor así, porque ¡¡imágina a dos Césares ¡¡uuuaauuuhhh!. A veces reflexiono sobre el hecho de que, gozar de un mínimo de cultura, me permite tener la capacidad de aceptar que cada uno pueda pensar lo que quiera; el problema es cuando ciertos criterios, sin base posible excepto la superchería pura y dura, son impuestos a los demás y tienen una influencia decisiva y perniciosa en la sociedad como es el caso que nos ocupa. Nos ha asombrado a lo largo de la noche de los tiempos, y nos sigue alucinando la falta de planteamiento coherente de esta institución eclesiástica(con minúsculas a drede yo también) y de todas las religiones del mundo que desvirtuan muchos conceptos a su antojo y según sus necesidades, y no producen sino obstáculos desde un punto de vista sociológico; ¡¡que coño!! desde todos los puntos de vista. Un abrazote.

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