martes, 21 de junio de 2011

Las manzanas podridas


Hay que ver lo que es este país. Sale la gente en tromba a protestar pacíficamente en las calles (sin convocatoria por parte de partidos, sindicatos ni iglesias, que conste) y media esfera de medios se escandaliza por lo que consideran un ataque frontal a la democracia. Se quedan en las formas para no entrar en el fondo, tal vez porque lo que vislumbran en el fondo les aterra. Y encima esas formas las contemplan desde lejos, que muy pocos son los periodistas y tertulianos que han tenido la profesionalidad de sumergirse en el meollo de las manifestaciones para poder valorar de primera mano. Las ven por la tele y hablan de "perroflautas" y comentan sobre rastas o sobre ropas raídas o sobre aspectos desaliñados (para hablarme, al menos péinate, chaval), porque tal vez les parece que eso les resta razones a los indignados a los ojos de la gente 'normal' que diría Rajoy.

Señala muy acertadamente el Gran Wyoming que ningún comentarista político se detiene jamás a hablar del aspecto más o menos agraciado de Rajoy, sino de lo que dice (o más bien, en su caso concreto, de lo que no dice), de lo que hace (en su caso concreto, de lo que no hace) o de las cosas que propone (ejem). En cambio, los indignados son todo pulgas y 'hipperío', ¿de quién te vas a fiar?

Así, nos vemos aplaudiendo -y votando, que es mucho peor- a cualquier estafador enfundado en trajes de a 3.000 euros la pieza y llamando mastuerzos a aquellos que no sólo están tratando de poner algo de sentido común en el sistema, sino -y esto es aún mucho más importante- una pizca de dignidad y de decencia. ¿Cuáles son las manzanas podridas del cesto?

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